La actual situación con el COVID-19 ha obligado a las empresas a replantearse en términos generales, debido a que es contraproducente continuar con sus actividades regulares en medio de la peor crisis sanitaria del siglo XXI. Algunas han optado por cerrar sus puertas al público porque sus servicios son presenciales y por consiguiente podrían constituirse en un foco de contagio. El teletrabajo se convierte en la mejor alternativa para paliar esta situación y evitar que millones de personas queden sin sustento.

En Colombia muchas empresas han optado por el teletrabajo para asignar tareas a sus colaboradores, las cuáles puedan realizar desde su casa y sin necesidad de exponerse a los riesgos de la pandemia. De esta forma, podrán seguir generando ingresos con menores riesgos y costes de operatividad más bajos.

El teletrabajo trasciende al simple hecho de trabajar desde casa, se trata de una muestra fehaciente del impacto que ha tenido la digitalización en nuestra sociedad, brindándonos soluciones eficientes a los dilemas que enfrentamos en estos tiempos.

¿Qué es el Teletrabajo?

Se define como una modalidad laboral idéntica a cualquier otro contrato laboral con los mismos derechos y deberes, la única diferencia es que desempeñas tus actividades desde tu casa o cualquier otro lugar, solo necesitas de herramientas tecnológicas, reglas claras y unas competencias laborales que te ayudarán a tener éxito.  En ningún caso, el teletrabajo debe ser utilizado para la desmejora de las condiciones laborales o el beneficio de una sola parte.

¿Desde cuándo existe el teletrabajo?

 Los orígenes del teletrabajo se remontan a la década de 1970 durante la crisis del petróleo que ocasionó un fuerte efecto inflacionario, cuando el físico Jack Nilles comenzó a pensar en formas de optimización de recursos no renovables o ahorrar combustible en desplazamiento. Su idea era llevar el trabajo al trabajador y no al trabajador al trabajo, dando lugar a la creación del concepto de Telecommuting pero en ese momento no obtuvo el éxito deseado porque la tecnología no estaba tan evolucionada.

La masificación del Internet en los años 90 fue el preámbulo para el nacimiento de plataformas como Google, Amazon, Correo Electrónico y MSM. Asimismo, se popularizó el uso de celulares y computadores portátiles entre la población. En el 2001 en USA, luego del atentado de las torres gemelas muchas empresas empezaron a implementar el teletrabajo con resultados positivos.

En Argentina, debido a la fuerte crisis económica que sufrió este país entre el año 1998 y 2002 que generó un tasa de desempleo superior al 20%, llevó a muchas personas a bajar costos y a ofrecer sus servicios de manera independiente desde la casa y para todo el mundo, extendiéndose esta metodología de trabajo en el país. En el 2006 España empezó el plan concilia, que buscaba equilibrar la vida laboral con la vida personal de los trabajadores a través del teletrabajo, entre otras estrategias. (Teletrabajo.gov.co)

En Colombia, a partir de 2008 con la ley  1221 de ese mismo año el congreso regula esta modalidad de trabajo, posteriormente en el 2012 nace la comisión asesora del teletrabajo integrada por personas del Ministerio TIC y el Ministerio de trabajo. En la actualidad, se ha duplicado el número de trabajadores vinculados bajo esta modalidad como consecuencia de la pandemia sanitaria ocasionada por el Covid 19, donde muchas empresas se han visto obligadas a migrar gran parte de su planta de personal al ámbito digital para poder continuar con sus actividades productivas y de servicio.

¿Cuáles son las tres características principales de esta modalidad?

 

1. Permite trabajar en cualquier espacio ajeno a la oficina.

2. Implica la utilización de nuevas tecnología para la información y comunicación (Computador, internet, teléfono), las cuales permiten el ejercicio de funciones y facilitan la comunicación.

3. Requiere de un nuevo modelo organizacional que replantee los procesos internos; Por ejemplo, la selección de personal, el entrenamiento, establecimiento de objetivos, controles, liderazgo,  comunicación, entre otros que respondan una nueva política organizacional para el teletrabajo.

 

¿Cuáles son los tipos de Teletrabajo?

Cabe destacar como lo hemos dicho en párrafos anteriores, que la modalidad de teletrabajo se asemeja en cuestiones de derechos y deberes al de cualquier contrato laboral, no hay distinción en este sentido. El teletrabajador cuenta con las mismas garantías que cualquier otro.

  • Teletrabajo autónomo: Empleados que se utilizan las TIC para el desarrollo de sus tareas, ejecutándolas desde cualquier lugar.
  • Teletrabajo suplementario: Trabajadores con contrato laboral que alternan sus tareas en distintos días de la semana entre la empresa y un lugar fuera de ella usando las TIC para dar cumplimiento. Se entiende que tele trabajan si al menos lo hacen dos días a la semana.
  • Teletrabajo móvil: Trabajadores que utilizan dispositivos móviles para ejecutar sus tareas. Su actividad laboral les permite ausentarse con frecuencia de la oficina. No tienen un lugar definido para trabajar.

¿Cuáles son los beneficios del Teletrabajo?

Los beneficios del teletrabajo son tan vastos como para escribir un libro. Las empresas podrían afirmar que contribuye a un aumento de la productividad, reducción de los costes operativos e infraestructura, impulso a la transformación digital y uso de herramientas 2.0 para para el control de las actividades programadas.

El talento humano más cualificado podrá vincularse con la organización sin importar donde se encuentre, incrementando el índice de retención de este tipo de personal tan valioso. También brinda la posibilidad de una conciliación entre los espacios laborales y personales de los empleados para mejoras en su calidad de vida, lo cual se traduce en satisfacción y productividad.

A nivel social, contribuye la reducción de la huella de carbono al evitarse los desplazamientos y fomenta la inclusión socio-laboral de población vulnerable; Un ejemplo de ello es que  pueden teletrabajar personas con alguna discapacidad que les limite el desplazamiento o aquellas personas que se encuentra aisladas geográficamente, cabezas de familia, entre otras.

Mejora la movilidad en las ciudades, entre otras, LOS TELETRABAJADORES tendrán la libertad trabajar en lugares distintos a su oficina como una oportunidad para mejorar su calidad de vida y aumentar su rendimiento; ahorros en tiempos por desplazamientos entre hogar y oficina, ahorros de dinero derivados de la disminución de compra de combustible o pagos de transporte público.

Ahorros y mejoras significativas en la alimentación y la salud de los trabajadores al consumir alimentos preparados en sus hogares, mejoras en la salud al reducir el estrés ocasionado por lo inmensos trancones o largos trayectos y por supuesto los gastos asociados. Tienen la gran oportunidad de incluir en la rutina diaria tiempo para el cuidado físico, hacer ejercicios. Podrían mejorar sus lazos familiares y vecinales al tener mayor presencia física en el hogar y otros espacios de socialización. Optimización de las actividades personales gracias al desarrollo de habilidades para la gestión del tiempo y las tareas.

Sin embargo, una adecuada implementación del teletrabajo requiere de un soporte tecnológico que facilite el control, la productividad y la adecuada comunicación entre el teletrabajador y la empresa. Así como también de políticas claras que cumplan la legislación laboral y que den lugar a la gestión de una cultura organizacional que promueva el cambio, la flexibilidad, el uso de la tecnología, el estilo de liderazgo basado en la confianza, el trabajo autónomo y enfoque en resultados.

¿Cuáles son las competencias laborales que deben desarrollar los teletrabajadores?

Es necesario considerar además de las competencias organizacionales y específicas para el cargo, las siguientes competencias:

  1. Autocontrol, autodisciplina para regularse, ejercer dominio sobre los pensamientos, deseos o impulsos, especialmente en momentos en los nuestro trabajo demande concentrarnos.
  • Afinidad con la tecnología, deseo de aprender y convertirse en un experto del manejo de herramientas digitales y tecnológicas, las cuales permitan facilitar y optimizar los procesos.
  • Iniciativa y capacidad de trabajo autónomo, anticiparse, considerar las expectativas existentes. Trabajar con enfoque y compromiso. Planificar y hacer seguimiento a sus planes para asegurar el cumplimiento sin la supervisión de su líder.
  • Motivación por el aprendizaje continuo, dedicar tiempo a aprender y mejorar sus competencias duras o relacionadas con la adquisición de nuevos conocimiento.
  • Gestión de la información, consciencia, cuidado de las plataformas que consulta y archivos que abre. Prudencia y respeto por acuerdos de confidencialidad con la información de los procesos de la empresa a los que tiene acceso.
  • Capacidad de escucha activa y comunicación, ya que no siempre tiene la posibilidad de ver a su interlocutor.
  • Adaptación, flexibilidad y apertura al cambio. Capacidad de trabajo en distintas circunstancias. Valorar el cambio
  • Enfoque en resultados, trabajo centrado en objetivos, priorización, gestión del tiempo y obtención de los objetivos, pese a las dificultades que pudieran presentarse.

¿Qué puede salir mal?

El teletrabajador tiene los mismos deberes que cualquier otro trabajador. De manera que si se incumplen con las obligaciones pactadas en el contrato laboral, aumentará considerablemente la probabilidad de que se obtengan resultados indeseadas; Como por ejemplo, si no se establece y respeta una jornada laboral adecuada, el teletrabajador podría estar laborando más del tiempo reglamentario continuamente, siendo susceptible a presentar estrés o fatiga excesiva. Igualmente, si no se selecciona el perfil adecuado y la labor supera la capacidad del trabajador este podría manifestar el síndrome de burnout, es decir, sentirse quemado o incapaz a desarrollar los objetivos deseados. Si no se proporcionan las herramientas de trabajo necesarias, el acceso a una buena conexión de internet y un equipo de computación idóneo a sus necesidades, se verá afectada la productividad; Peor aún, si el líder o jefe no cambia el paradigma del control presencial y desconfía del teletrabajador la mayoría de las veces, podría innecesariamente generarle ansiedad e insatisfacción laboral.

Por último, si el teletrabajador no desarrolla las competencias necesarias para desempeñarse y lograr objetivos consistentes bajo esta modalidad, con seguridad será reemplazado por otro que si lo haga. El teletrabajo es algo muy serio y amerita un tratamiento muy similar para el bienestar y la satisfacción de ambas partes.

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